Con la supuesta mentalidad de disputar, a full como diría Emery, la primera de las cinco finales previstas para concluir el campeonato, se presentaba el Pedrusco en el polideportivo de Oliva.

De nuevo se le acumulaban los problemas al Pedrusco a la hora de poder aglutinar once jugadores para la disputa de un partido importantísimo para el devenir del campeonato con dos firmes candidatos a conseguirlo.

El Pedrusco se presentaba con innumerables bajas, para colmo la “espantá” de ultimísima hora de Maroto que hubiera resultado ser un refuerzo de postín pero que finalmente no se personó.

Saltó la sorpresa en el Pep Castillo, 231 días después (nuevo récord) el Pedrusco volvía a sentir el sabor amargo de la derrota. Tras unos primeros diez minutos prometedores los rojiblancos fueron perdiendo fuelle con el transcurrir del tiempo.

El Pedrusco llegaba a este partido con numerosísimas bajas, el COVID y otras cuestiones lastraban a un equipo que contando con una amplia plantilla lograba reunir a 14 jugadores para disputar un partido siempre difícil en un escenario complicado pero de reciente grato recuerdo.

Una primera mitad igualada en juego aunque no en ocasiones, donde los rojiblancos fueron superiores en este sentido pues gozaron de varias situaciones claras de gol mientras que el marco defendido por Josi no pasó por ningún tipo de apuro con una zaga defensiva que ralló a gran altura.