Llegó el frío, mañana fresquita y con ligero viento en el Pep Castillo lo cual no impediría ver un más que aceptable juego rojiblanco durante el primer acto en una jornada donde se estrenaba la nueva equipación Joma.

Si a las bajas previstas de jugadores, añadimos la lluviosa noche previa al partido, no resulta extraño que el Pedrusco presentara a la hora del inicio del mismo una alineación de circunstancias.

Mal comenzaban las cosas pues la ausencia del portero titular a la hora del comienzo del partido pasaba factura a los dos minutos de juego en un balón bombeado y con escaso peligro que Juanma, circunstancialmente bajo palos, no acertaba a detener.

El Pedrusco volvía al Pere Císcar con la intención de obtener un buen resultado y continuar con su buena dinámica a sabiendas de la complejidad que entrañaba el rival, pues a pesar de lo que indica su posición actual en la tabla, en las últimas temporadas la rivalidad entre ambos conjuntos ha sido extrema.

El Pedrusco logró salvar en el último minuto del partido la imbatibilidad que lleva arrastrando desde el pasado día 30 de Mayo. Y lo hizo después de un primer tiempo donde le costó adaptarse a las estrechas dimensiones del terreno de juego de Rótova.